El dolor lumbar se puede clasificar de diversas formas según su duración, su origen o su mecanismo fisiológico.
Cuando el dolor se prolonga más de 3 meses, se considera lumbalgia crónica. Si dura en torno a 6 semanas, se encuentra en un estadio subagudo, donde la lesión no termina de recuperarse. El dolor agudo, en cambio, tiene una duración inferior a 6 semanas.
El dolor lumbar es multifactorial y puede verse influenciado por diversos factores físicos, emocionales y de estilo de vida. La región lumbar es la parte baja de la columna vertebral y está compuesta por músculos, huesos, articulaciones, nervios, ligamentos, tendones, fascias, vasos sanguíneos y algunas estructuras viscerales cercanas. Según las estructuras afectadas, podemos hablar de diferentes tipos de dolor:
● Dolor mecánico: el más frecuente, relacionado con alteraciones musculoesqueléticas como contracturas, sobrecargas, hernias discales o problemas articulares.
● Dolor neuropático: ocurre cuando hay atrapamiento o irritación de los nervios, como en el caso de la ciática.
● Dolor vascular: menos habitual, puede estar relacionado con problemas circulatorios como el aneurisma de aorta abdominal o la enfermedad arterial periférica.
Más allá de los cambios estructurales que puedan existir en la zona lumbar, la investigación científica ha demostrado que el aspecto psicológico y el estado de salud mental influyen de manera significativa en la percepción del dolor. Además, el sedentarismo juega un papel clave en la aparición y el mantenimiento de la lumbalgia, ya que la falta de movimiento debilita la musculatura, reduce la estabilidad y afecta la movilidad articular.
Nuestro estilo de vida actual hace que, en términos generales, muchas personas no tengan la fuerza, estabilidad, movilidad y estímulos nerviosos adecuados, lo que nos hace más propensos a sufrir dolor lumbar.
Otro factor clave en el dolor lumbar es el miedo. La evitación del movimiento por temor a sentir dolor puede prolongar el problema e incluso empeorarlo. Es importante hablar sobre este tema con los profesionales de la salud y entender los mecanismos que lo generan. La mejor estrategia para abordar este miedo es trabajar en conjunto con el paciente para ofrecer herramientas que le ayuden a recuperar la confianza en su cuerpo y su capacidad de movimiento.
Estrategias para abordar el dolor lumbar mecánico
El tipo de dolor más habitual es el de origen mecánico. Algunas estrategias recomendadas para su abordaje incluyen:
- Consultar con un fisioterapeuta, quien podrá evaluar la situación y diseñar una estrategia personalizada para reducir el dolor y mejorar la función.
- Mantenerse en movimiento. El ejercicio estimula la circulación, favorece la recuperación y mejora la funcionalidad de la zona lumbar. Es importante contar con la orientación de un profesional para realizar movimientos adecuados.
- Ejercicios específicos. Dependiendo del momento de la lesión, se trabajará en fortalecer la musculatura, mejorar la estabilidad y la movilidad articular.
- Trabajo respiratorio. La respiración diafragmática es clave para reducir la inflamación, equilibrar el tono muscular y mejorar la movilidad de los tejidos.
Estrategias de abordaje en Mesqpeus
Para reducir el dolor y la inflamación, aplicamos técnicas como la biofotoestimulación con K-láser y la radiofrecuencia con Indiba, que pueden ayudar a acelerar los procesos de recuperación.
Además, diseñamos estrategias de entrenamiento personalizadas para avanzar en la rehabilitación y trabajamos con el paciente para abordar las inseguridades y el miedo asociado al dolor. A través de preguntas y educación en neurociencia del dolor, generamos un entorno seguro en el que el paciente pueda recuperar confianza en su movimiento.
También enseñamos técnicas de respiración para mejorar la función diafragmática y ofrecemos orientación nutricional, destacando la importancia de ciertos alimentos en los procesos inflamatorios.
El objetivo final es brindar herramientas que permitan a cada persona recuperar su bienestar y autonomía en el movimiento, abordando el dolor desde una perspectiva integral.